jueves, 1 de noviembre de 2012

Inspiración para los decorados

Nada hacía más felices a los ejecutivos, contables y accionistas de un estudio que saber que su dinero se estaba empleando de forma racional y que se trataba por todos los medios de hacer economías, lo que luego rendundaría en beneficios para todos. Selznick también tenía que dar cuentas a un consejo de administración, por mucho que fuera su nombre el que figuraba al comienzo de las películas y, aunque sus órdenes fueran no derrochar en gastos, y menos en lo que a Lo que el viento se llevó se refería, siempre había entre sus subordinados gente más cauta que intentaba que la ruina llegara lo más tarde posible.


Los estudios eran empresas rivales, pero se prestaban actores y actrices y personal técnico y artístico, siempre pensando en obtener un provecho; también era posible que una productora llegara a reutilizar decorados, en todo o en parte, que ya se habían empleado en otras películas rodadas en platós de otra firma. Asi, una pequeña expedición formada por miembros del departamento de dirección artística de la Selznick International, más Wilbur Kurtz (en su primera estancia en Hollywood), dedicaron varios días de febrero de 1938 a visitar los estudios de la competencia y tratar de encontrar decorados que, convenientemente adaptados, pudieran servir para GWTW, con el consiguiente ahorro de tiempo y dinero.

Entre los "sets" que más llamaron la atención al asesor histórico, como hizo notar en sus apuntes, se encontraban decorados que la Twentieth Century-Fox había empleado en In Old Chicago (Chicago, 1937), que, aunque ambientada en la ciudad de Illinois, bastante al norte de Atlanta, tenía en común la época (y el fuego) con la historia de Escarlata.

La mansión que la Fox construyó para Carolina (1934) le pareció a Kurtz de lo más prometedora para ser el hogar de los Wilkes, pues "se puede entrar y ya se encuentran interiores preparados para hacer las tomas, e incluso una escalera monumental". Hasta hace poco se creía que no existían copias de esta película, pero el Eastman Film Museum conserva ahora una, y, si lo visitamos, podremos echarle un vistazo a este decorado (inspirado en una casa de Carolina del Sur) donde Robert Young intentaba reconstruir la opulencia de la familia después de la Guerra mientras cortejaba a Janet Gaynor, e imaginarnos un Doce Robles distinto al que "conocemos".

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Al menos hubo ese tipo de cooperación. Y ses detalle no ha sido muy divulgado. Gracias por escribir esto
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Te dejé una pregunta en la entrada acerca de "La herencia de Margaret" ¿Cuándo la puedes responder?

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