miércoles, 9 de diciembre de 2009

Objeto de deseo

Tan pronto como se supo que el Loew’s de Atlanta iba a albergar el estreno de GWTW se inició la caza y captura de una entrada para aquella sesión. La sala tenía capacidad para más de dos mil personas, pero había que descontar las numerosas invitaciones por parte de Selznick, la MGM, las autoridades locales y estatales…

A 10 dólares por cabeza, un precio exorbitante comparado con lo que costaba acudir al cine en una sesión normal en la época, las entradas empezaron a volar; los que lo dejaron para última hora tuvieron que hacer uso de todo tipo de recursos y acudir a variadas artimañas para no perderse el acontecimiento de la época. Por mucho que quisieran contribuir a la causa benéfica (la recaudación se destinaba al Atlanta Community Fund), todos querían ver y ser vistos aquella noche en el Loew’s Grand.

El azar o el despiste quiso que la sección local de las D.A.R. (Daughters of the American Revolution) se viera sin entradas. Aquello no podía ser, clamaron las dignas damas, y una de sus representantes consiguió ponerse en contacto con Howard Dietz, jefe de publicidad de la MGM en Nueva York y coordinador de todo lo relacionado con el estreno de Gone With the Wind.

Es de imaginar que Dietz estaba ocupadísimo en aquellas jornadas previas al “Día D” y, que por muy eficiente que fuera, no podía saberlo todo. Por eso preguntó a su interlocutora, que se interesaba por la razón por la que no habían recibido invitaciones, quiénes eran las D.A.R. Al oír la respuesta, el letrista de la magnífica Dancing in the Dark tuvo un momento genial: “¡Pero, señora, esta película es sobre otra guerra!”

También por aquella época un conocido empresario y político, el ex gobernador de Ohio James M. Cox, había culminado una operación financiera que le otorgó la propiedad del Atlanta Georgian, el Atlanta Journal y la emisora WSB. No cabía duda, aseguraban con humor en la ciudad, de que el objetivo de tanta compra por parte de Cox no era otro que el de asegurarse entradas para el estreno de Lo que el viento se llevó (ya se sabe que los medios de comunicación tienen acceso preferente y gratuito en las premieres).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué pujo tan tremendo para entrar en esa gala

caveat emptorium dijo...

Fue todo un acontecimiento social. Además, los estrenos "mundiales" se hacían casi siempre en Hollywood o en Nueva York, así que era algo fuera de lo común, ya no sólo por tratarse de una película esperadísima. El estreno de GWTW en Atlanta fue el punto culminante de esa tipo de premieres, que la guerra cortó por lo sano.
Saludos

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