lunes, 26 de octubre de 2009

Discrepaban hasta en los nombres

No es aconsejable utilizar una obra de ficción para aprender historia, aunque bien puede ocurrir que sirva como punto de partida para adentrarse en otras disciplinas que sí se basan en los hechos. Lo que el viento se llevó, a pesar del cuidado que su autora puso en las fechas y lugares, no deja de ser un relato parcial en el que la guerra es un telón de fondo para la historia de Escarlata y Rhett. Con todo, Margaret Mitchell, según certifican los expertos, no se alejó demasiado de la realidad al trazar el esbozo de las campañas y las batallas.


Un detalle que llama mucho la atención a los conocedores de la Guerra de Secesión es que la escritora empleara en dos ocasiones la denominación Bull Run al referirse a las dos batallas que se libraron en el plazo de un año (julio 1861 y agosto de 1862) en el mismo lugar de Virginia, cuando en el Sur se las conoce como Primera y Segunda Batallas de Manassas; uno de los veteranos que repone fuerzas en el porche de Tara sí emplea este nombre, por lo que resulta más extraña la discrepancia.

Se nos ofrecen varias razones para explicar esta discordancia: que Mitchell empleó para su investigación histórica libros elaborados por autores “yanquis” o que, una vez la novela fue aceptada para publicación, ella misma y sus asesores decidieron emplear el término adoptado “oficialmente” en la década de los 30 para referirse a estas batallas (aunque en el Sur se siguen conociendo como las batallas de Manassas).

Durante la contienda, el ejército del Norte se refería a una batalla con el nombre del cauce fluvial más cercano, en este caso el Bull Run (un afluente del río Potomac), en tanto los Confederados la bautizaban con el de la estación de ferrocarril o población más próxima, en este caso el cruce de Manassas.

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