jueves, 24 de septiembre de 2009

Más palabras por el mismo precio

En los relatos de Historias de Pat Hobby, de F. Scott Fitzgerald, el protagonista, un escritor de guiones cuya fama data de los tiempos silentes pero que se ha deslizado por la pendiente del alcohol y ya no es más que una “vieja gloria”, lucha a brazo partido por ganarse un crédito en la pantalla, aunque sea en colaboración, pues espera que eso reverdezca sus laureles; en cierto momento le vemos “colaborando” en un guión por el expeditivo método de cambiar una palabra aquí, agregar un signo de puntuación allá, suprimir un párrafo en la página siguiente, añadir una interjección… Fitzgerald, que trabajó durante un par de semanas en Lo que el viento se llevó, sacó, sin duda, muchas de sus ideas de su propia experiencia.

Esta manera de pulir el guión de Hobby nos recuerda a los numerosos guionistas que intervinieron en GWTW y nos hace preguntarnos cuál de ellos sería el responsable de nuestra curiosidad de hoy:

En la novela, cuando Escarlata, a instancias de Melania, lee en voz alta los nombres de la lista de las bajas en Gettysburg, Margaret Mitchell se limitó a sólo cuatro nombres:

“White... Wilkens... Winn... Zebulon”.

En el guión, por contra, Vivien Leigh tiene más trabajo:

“Wellman, Wendell, White, Whitner, Wilkins... Williams, Woolsey, Workman…”

En los subtítulos aparecen así:

“Wellman, Wendel, White, Whitman, Wilkens... Williams, Woolsey, Wortman...”

Una relación más larga permite un plano de duración mayor y, por lo tanto, aumentar un poco el suspense y dejar apreciar al espectador mucho mejor las reacciones de ambas actrices. La inclusión de Wellman bien puede ser un guiño al director y amigo de Selznick…

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