viernes, 5 de junio de 2009

No hay ninguna tarea superflua en un rodaje

Wilbur Kurtz, como asesor histórico, y el equipo de utilería y decorados, tuvieron la suerte de encontrar muchos vehículos de época que podían ser empleados en el rodaje de Lo que el viento se llevó, pero algunos de ellos habían sido modificados para otros usos más allá de las películas y se les habían incorporado neumáticos.

Se propuso hacer de nuevo la sustitución, pero los proveedores (anticuarios y coleccionistas) no estuvieron muy conformes con ello y surgió además un problema añadido: el tamaño de los ejes era diferente en uno y otro caso, y resultaba imposible encajar en ellos las ruedas de metal y madera de los tiempos de GWTW.

Por si los ayudantes de dirección y el propio Kurtz no tuvieran suficientes detalles de los que estar pendientes durante la filmación, tuvieron que anotar una tarea más en la lista: vigilar que no salieran en las tomas las huellas delatoras y anacrónicas de los neumáticos.

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