lunes, 14 de julio de 2008

Una cita de Rhett Butler

La reputación de jaranero, jugador, duelista, buscador de oro, burlador del bloqueo… de Rhett Butler hace que olvidemos que se trata de un hombre culto, educado para ser un caballero y, por lo tanto, versado en diferentes materias, desde el vestuario (masculino y femenino) hasta el arte de la guerra (aunque fuera expulsado de West Point por cierto asuntillo), pasando por la música, la literatura y todas aquellas cosas bellas que intenta recuperar cuando abandona a Escarlata.

Margaret Mitchell nos ofrece destellos de ese Rhett erudito a lo largo de las páginas de Lo que el viento se llevó; son pequeños detalles que pueden pasarnos inadvertidos, en forma de alusiones o citas, pero que conforman el retrato de conjunto de uno de los personajes más atractivos jamás creados, y sin descorrer del todo el velo de misterio que rodea al tercer marido de Escarlata O’Hara.

Una de esas citas tiene lugar en el momento en que Rhett se despide en el camino a Tara, cuando considera que ella ya está a salvo y puede llegar a la plantación sin su ayuda. Él acaba de anunciar que va a unirse al Ejército, aunque confiesa que no entiende su propio quijotismo; pero hace bajar a Escarlata del carromato y dice:

"I could not love thee, Dear, so much, loved I not Honour more. That's a pat speech, isn't it? Certainly better than anything I can think up myself, at the present moment. For I do love you, Scarlett, in spite of what I said that night on the porch last month."

Que en la edición española se traduce así:
No pude amarte, querida, más de cuanto amé el honor. Linda frase, ¿verdad? Seguramente bastante mejor que cuanto pudiera ocurrírseme a mí en estos momentos. Porque yo la amo, Escarlata, a pesar de lo que dije en el porche aquella noche, el mes pasado.”

La primera frase, “I could not love thee, Dear, so much, loved I not Honour more” proviene del poema To Lucasta, going to the Wars, de Richard Lovelace, un poeta inglés del siglo XVII; partidario del rey Carlos I y soldado en su ejército, su fidelidad le costó pasar una temporada en la cárcel, ya que los realistas fueron el bando perdedor en la Guerra Civil:

Tell me not, Sweet, I am unkind,
That from the nunnery
Of thy chaste breast and quiet mind
To war and arms I fly.
True, a new mistress now I chase,
The first foe in the field;
And with a stronger faith embrace
A sword, a horse, a shield.
Yet this inconstancy is such
As thou too shalt adore;
I could not love thee, Dear, so
much,
Loved I not Honour more.

(“Para Lucasta, al partir a la guerra”

No me digas, amor, que soy tan cruel
que desde el convento
de tu casto seno y dulce alma
a las armas y a la guerra, escapo.

Verdad es, voy tras un nuevo amor,
el primer enemigo en el campo de batalla;
y con mayor fe abrazo
una espada, un escudo, un corcel.

Pero inconstancia como ésta, es tal
que tu, también la adorarás;
no podría, mi vida, amarte tanto,
si es que al honor no amase más.)

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