jueves, 12 de junio de 2008

Salvatore, el cinéfilo precoz

Giuseppe Tornatore vuelve a darnos una nueva referencia a Lo que el viento se llevó. En esta ocasión la atisbamos en Nuovo Cinema Paradiso (Cinema Paradiso, 1988).

Es una película sobre el amor a las películas, en la que el niño Salvatore encuentra en la cabina de proyección la calidez que falta en su hogar, marcado por la ausencia de su padre.

Al lado del desvencijado proyector que maneja Alfredo, que será su mentor en el cine y en la vida, el que crea la ilusión al encender la máquina y el que apaga los sueños al terminar la sesión, Salvatore se ve expuesto a producciones de todos los géneros y nacionalidades; no hay aprendizaje mejor, aunque muchas de esas películas no fueran “aptas para menores” y el resto sufriera una censura previa a golpe de campanilla clerical.

En cierto momento, la madre de Salvatore recibe una mala noticia y, con el niño de la mano, camina por las calles del pueblo con los ojos nublados por las lágrimas, en silencio. A modo de consuelo, el pequeño se aprieta contra ella y le pasa la mano por la cintura. Al dar la vuelta a una esquina, vemos que en una de las paredes todavía en pie del pueblo de posguerra hay un cartel de Lo que el viento se llevó. Salvatore también lo ve. Y sonríe...

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